viernes, 14 de agosto de 2015

La dignidad de construir en silencio


 Yariza Arcaya y José Vásquez comenzaron a construir nuevamente su hogar en el pasaje Gómez Carreño. Es segunda vez que viven la misma experiencia. En el terremoto de 2007 su casa también se destruyó completamente.
José serrucha unos cuartones y comenta que ya no tiene clavos mientras endereza algunos que está reciclando. Yariza le ayuda sosteniendo los maderos y tres niños montados en un triciclo de plástico juegan a ser pescadores que escapan de las olas. Esperan que prontamente los vengan a encuestar para poder recibir la ayuda del gobierno.
Planean terminar de edificar dos piezas en tres días. Ahí vivirán dos familias. Prefieren quedarse en el barrio pero quieren que les construyan protecciones o algo que les de la seguridad de no tendrán que levantar su hogar por tercera vez.
Su vivienda fue la primera en recibir el impacto del alud de piedras y barro, la que desapareció completamente. José cuenta que antes de las cinco de la mañana unas personas pasaron avisando que debían evacuar. Los hombres se quedaron por miedo al saqueo y las mujeres partieron con sus hijos al albergue.
José Vásquez se queda mirando hacia el mar y no dice nada cuando se le pide alguna reflexión sobre toda la situación. Sólo se limita a decir; Todavía estoy choqueado.
Un grupo de personas (parecen una familia) suben por el pasaje ofreciendo almuerzos, postres y jugos. No pertenecen a ninguna organización; son otros tocopillanos que quieren colaborar.
La familia comenta que las personas se han portado muy bien; les traen agua, pañales, comida especialmente a los niños y niñas. También comentaron que la gente de la Gobernación trajo frazadas y alimentos y la Municipalidad les proveyó de los materiales de construcción.

El medio día del viernes tiene un sol agradable y todavía no hay viento. Mariza y José continuaron construyendo en silencio





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